El mercado inmobiliario ha cambiado mucho en los últimos años, y uno de los requisitos más importantes, a menudo olvidado, al vender o alquilar una vivienda es contar con el Certificado de Eficiencia Energética (CEE). Desde hace más de una década es obligatorio… pero aún hoy, muchos propietarios lo desconocen.
¿Sabías que puedes enfrentarte a sanciones económicas si no lo tienes? En este blog te explicamos de forma clara y sencilla qué es el CEE, cuándo es obligatorio, quién debe solicitarlo, y cuáles son las excepciones.
El Certificado de Eficiencia Energética (CEE) es un documento técnico que evalúa cuán eficiente es una vivienda en su consumo de energía. Se representa mediante una etiqueta que va desde la letra A (muy eficiente) hasta la G (muy ineficiente).
Este certificado:
Ofrece información clara sobre el consumo energético de la vivienda.
Incluye recomendaciones para mejorar la eficiencia.
Puede ayudarte a reducir tu factura energética.
Es obligatorio en los procesos de compraventa o alquiler.
Sí. Desde junio de 2013, es completamente obligatorio disponer del certificado energético para poder vender legalmente un inmueble. El propietario debe tenerlo disponible desde el momento en que se pone el anuncio de venta.
No tener este certificado puede considerarse una infracción. Las sanciones económicas varían:
Multas desde 300 € por no mostrar el certificado en la publicidad de venta.
Hasta 6.000 € si hay falsedad documental o se incumplen gravemente los requisitos legales.
Sí. La normativa también exige el CEE en los contratos de arrendamiento, con las mismas condiciones que en la venta. Es el propietario o arrendador quien debe facilitar el documento al futuro inquilino.
👉 Importante: el certificado debe estar disponible desde el momento en que se anuncia el piso en alquiler, no solo al firmar el contrato.
Aunque en la mayoría de los casos el certificado es imprescindible, existen algunas excepciones:
Viviendas con una superficie útil inferior a 50 m², si están completamente aisladas.
Edificios protegidos por su valor histórico o artístico.
Inmuebles que se venden para ser demolidos o rehabilitados integralmente.
Viviendas de uso vacacional que se utilizan menos de 4 meses al año.
Contratos de alquiler firmados antes de 2013, cuando entró en vigor la normativa.
El proceso es sencillo, pero debe hacerse de forma profesional:
Contacta con un técnico habilitado, como un arquitecto técnico o ingeniero certificado.
El técnico visitará el inmueble y evaluará distintos aspectos: aislamiento, ventanas, sistemas de climatización, orientación…
Con esos datos, elaborará el informe, que incluirá:
La calificación energética.
Las recomendaciones de mejora.
El certificado debe registrarse en el organismo competente de tu comunidad autónoma.
Una vez validado, se entrega al propietario y ya podrá utilizarlo en la venta o alquiler del inmueble.
Aunque a veces pase desapercibido, el certificado energético es un documento esencial y obligatorio para cualquier propietario que quiera vender o alquilar su vivienda. Más allá de cumplir con la ley, es una herramienta muy útil para conocer el estado energético de tu hogar y plantear mejoras que se traduzcan en mayor confort y ahorro.
Si aún no tienes tu CEE, no lo dejes para el último momento. Contacta con un técnico cualificado y ponte al día. Evitarás sanciones, facilitarás la venta o alquiler y, además, podrás ofrecer un valor añadido a tu vivienda.
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